sábado, 8 de mayo de 2021

La difícil tarea de educar.

De las peores cosas que llevaba después del confinamiento, era que el estrés me sacara un carácter que no tengo. No me gustaba que si las niñas se portaban mal me alterarnos de tal forma que perdiese la compostura y les chillase. Los adultos debemos ser ejemplo y no podemos pedir a nuestros hijos que nos contesten con educación si nosotros no lo hacemos con ellos.
Cuando noté que mi estado de ansiedad se alargaba en el tiempo acudí al psiquiatra y me dió medicación. Menos mal. Cuando empezó a hacerme efecto es cuando llegó el tornado. El diagnóstico de papá, luego el Covid de Francina y el de toda la familia... Y creo que gracias a estar ya medicada lo llevé de otra manera más sosegada para acompañar a Itziar.
Últimamente me resuena mucho éste tema de cómo afecta nuestro estado de ánimo a los niños. En mi caso pedí ayuda porque pienso que es importante educar a los niños desde el respeto, les llegan las palabras y el ejemplo, cuando gritamos dejan de escuchar y solo ven movimientos bruscos y escuchan ruido, no lo digo yo, lo dicen numerosos estudios.
El primer mes de fallecer Francina no podía llorar, estaba bloqueada, la medicación no me dejaba llorar y el psiquiatra me ofreció quitarla. No quise. Necesitaba llorar, pero también necesitaba que Itziar me viera bien y equilibrada y primaba el bienestar de ella.
Recuerdo cuando era niña que tuve un maestro que nos pegaba, nos gritaba y nos humillaba. Sólo al que hacía algo mal o se movía o se comportaba de manera indebida (con 6 años). En clase había niños de todo, unos que hasta se hacían pis del miedo aunque fuera a otro al que le reñía, otros que miraban hacia otro lado porque sabían que a ellos nunca les tocaba y otros que estaban hasta acostumbrados y me imagino que habrán sido unos desgraciados toda la vida. Yo tuve suerte, mi madre lo vio y me cambió de colegio.
Mi hija es de esas personas, como yo, que cuando ve una injusticia no puede callarse aunque le salpique y me hace sentir muy orgullosa. Sé que el día de mañana si ve una pelea no será la que grabé con el móvil, será la que separe o la que llame a la policía. ¿Quién quieres que sea tu hijo?.

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