lunes, 20 de junio de 2016

La madres pesadas o las madres cansadas.

Últimamente siento que esto se ha convertido en un monotema, parece que sólo hablamos del verano de nuestros hijos, de la lucha diaria contra viento y marea para conseguir que nuestros hijos tengan unas actividades de verano dignas, ya no es el dinero que a veces hemos dicho, eso simplemente es un don que viene y va, que con esfuerzo o sin él, con ayuda o sin ayuda podemos conseguir. Pero más que de el dinero hablamos de la Justicia, de que se tenga a nuestros hijos en cuenta, de que nuestros hijos se consideren iguales que los demás. Queremos una escuela de verano digna, posible, que se haga sea un niño, sean tres o sean diez.
No tenemos porque soportar que si nos hace falta que nuestros hijos vayan a una escuela de verano no la haya pública como la hay para el resto de niños, quizá deberían guardar en la escuela pública unas plazas especiales para nuestros hijos aunque tuvieran que ponerles a ellos un poco más de ayuda.
Yo entiendo que es un poco más de inversión, de ahí nosotros, también pagamos un poco más aunque nos subvencionan una gran mayoría del precio, pero son los agravios comparativos los que nos duelen, nos hacen sentirnos pesadas porque siempre nos toca ir detrás de la gente que trabaja en el Ayuntamiento, de la concejal de Servicios Sociales,... de quien sea. Siempre luchando, siempre llamando, siempre escribiendo mensajes, contactando con prensa a ver si ahí actúan... es muy cansado, es una lucha muy pesada, porque no queremos tener que estar luchando siempre, para cada paso que queremos dar, que necesitamos dar. Queremos que desde un principio se les tenga en cuenta, que se les vea, que cuenten con ellos, porque ellos tienen las mismas necesidades que los niños de su edad y nosotras como madres tenemos las mismas necesidades que los padres de niños de su edad.
No lo puedo comprender, no puedo comprender que tengamos que llevar, cómo llevamos, dos semanas seguidas o tres luchando, hablando con unos, hablando con otros, estoy todo el día colgada del teléfono con las madres, molestando a la concejal de servicios sociales, que nos entiende y nos escucha, pero seguro que muchas veces le molestan mis llamadas y mensajes porque son varias veces al día y todos los días.
Para nosotras, el tener que luchar cada día por los derechos de nuestros hijos nos quita tiempo que dedicarles justo a ellos que tanto lo necesitan, sólo queremos que se les tenga en cuenta, que se consideren niños que forman parte de este municipio, porque nuestros hijos quieren estar con niños, quieren tener actividades, quieren estar entretenidos.
Y nosotras, tanto si trabajamos como si no, también tenemos derecho a apuntarlos a una escuela de verano como el resto de ciudadanos, no creo que pidamos tanto, no creo que suponga tanto esfuerzo.
Sin embargo para nosotras, a parte de suponernos esta lucha y este esfuerzo, nos supone grandes disgustos, llevamos unas semanas disgustadas, sufriendo por nuestros hijos, sufriendo por sus derechos y no creo que nos merezcamos este sufrimiento gratuito sólo porque nuestros hijos no se hayan tenido en cuenta, ni nos lo merecemos nosotras ni se lo merecen nuestros hijos.
Va a haber escuela de verano, pero mal organizada, tarde, cutre, cara, sin transporte y con exigencias. Mal, muy mal.

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