No te empeñes, mi hija no pega. Estoy cansada, estoy cansada de que la gente mire mal a mi hija porque piensa que están pegando a sus hijos, es sólo una niña, una niña con un trastorno general del desarrollo, que ha desarrollado una hiperactividad por retraso intelectual y físico, porque le encantaría jugar como los demás y su cerebro no sabe.
Mi hija no pega, sólo quiere jugar, quiere comunicar, quiere que le hagan caso, que jueguen con ella, que la quieran como es.
Ella sólo quiere que se den cuenta de que está ahí y a cambio sólo recibe malas caras... claro unos niños pequeños lloriqueando porque piensan que les quiere pegar y sus mamás en lugar de explicarles lo que sucede, explicarles que Francina es una niña diferente, especial o como lo quieran describir (que creo que sería lo mejor para ellas y para el niño) en lugar de eso me miran mal a mí, miran mal a mi hija, hacen todo lo posible para que mi hija no pueda acercarse a sus hijos, incluso de rebote me he encontrado con algunas que tampoco dejan a sus hijos jugar con mi hija pequeña por ser hermana de Francina.
Es duro porque viene de madres, madres adultas, pero sobre todo madres, que deberían pensar en los sentimientos de otros niños y otras madres, que deberían saber ponerse en el lugar de otra madre, saber cuanto se quieren los hijos y lo que duele verlos sufrir.
Luego hay adultos que les molesta hasta que se acerque a ellos, que se quedan parados o se retiran antes de que Francina los toque o los abrace con sus babas.
He venido del parque bastante afectada, son varias tardes aguantando este tipo de actitudes y a veces no sé qué decir porque no se dirigen a mí directamente con palabras, solo miradas... es una niña de 6 años, una niña con sentimientos.
Cuando yo era niña, en Estivella, tenia unos vecinos de mi edad que eran muy pegones, una niña con un retraso y el hermano hiperactivo, sólo una vez que me dio con un palo que me dejó marcado en la espalda mas de una semana fue mi madre a hablar con la suya para que no le dejara jugar con palos. El resto de veces mi madre nos explicaba que era jugando, que la niña era como si fuera mas pequeña y que teníamos que jugar juntos que eramos vecinos, nos obligaba a invitarlos a nuestro cumpleaños y todo.
Hace un par de años me encontré con la niña, ya adulta como yo, me reconoció, me saludo con alegría y note que me guardaba cariño, claro, yo, aunque obligada por mi madre, jugaba con ella.
Yo ni siquiera pido eso, a mi me da igual que no jueguen con Francina, pero no me parecen bien esas miradas que dejan ver deseos de "podía atarla" o "podía no traerla al parque a estropearnos la fiesta".
martes, 5 de mayo de 2015
Mi hija no pega.
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