domingo, 17 de junio de 2018

Bienvenido Aquarius

Estaba sentada en una terraza de bar, con mi café con hielo, organizando mi agenda. De repente, me llamó la atención el monotema que se hablaba en las mesas que me rodeaban. Grupos de gente joven y grupos de gente mayor, parejas, familias… todos con su cerveza fresca, su vino, su café o su bocadillo, indignados por la llegada del Aquarius, indignados de que con la gente que pasa hambre en nuestro país se acoja a unos extranjeros que huyen de la miseria que ni nos podemos imaginar. Algunos seguían al último minuto la noticia desde su móvil última generación. Si, toda esta gente, que quizá estén parados o no lleguen a fin de mes, pero no les faltan comodidades no eran capaces ni de sentir un poco de lastima por aquellos que huyen, por los que abandonan su casa y su familia, su hogar y su país buscando la vida, buscando una oportunidad que no les dio el destino cuando nacieron en otro país distinto al nuestro.
A mí también me cuesta llegar a fin de mes, también quisiera mejoras sociales para los dependientes, por ejemplo, pero doy la bienvenida a los refugiados, ofrecí mi hogar a los Servicios Sociales por si es necesaria la acogida de menores. Este mundo es de todos, no quiero murallas y estoy orgullosa de la gestión que ha hecho España con esta acogida.
Pienso que nadie de los que protesta sabe lo que es realmente pasar hambre o la extrema pobreza y espero que nunca lo sepamos.

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